sábado, 27 de diciembre de 2014

14 cosas de Gato

No me veía yo con la maña suficiente para hacer algo buenrollista a la altura de las 14 cosas. Pero me di cuenta de que esto es como montarse en la elíptica: lo duro es arrancar pero luego sabes que te sienta bien.  Así que ahí van mis catorce cosas…
  1. Una película: Relatos Salvajes. Si no la habéis visto, ya estáis tardando. Una sacudida a base de carcajadas del cerebro reptiliano,  ése que responde a  “no hay cojones…”
  2. Cómo se lo curra alguna gente para hacer reír, como este anormal encantador de Steve Kardynal. He comprobado que ya salió en las trece cosas, pero en esta ocasión gana dramatismo y sale en pelota picada. Idiotez + hombre desnudo: dime que no puede fallar, Gordi.
  3. El espectáculo de Goyo Jiménez, Evolución. Este “robado” son tres minutos, pero la función son dos horas y cuarto de risas que os recomiendo.
  4. Propuestas de ocio en las que no hay que dejarse un riñón; teatro de improvisación o proyectos como “Lo de las noticias”. Gracias a ellos y a twitter ando más divertida e informada de actualidad que en toda mi vida.
  5. El viaje a Mallorca. Reencontrarme con Perlita de Huelga, compartir unos días de su nueva vida con ella. Quedar con Tretze también y viajar por un agujero de gusano hacia ese lugar común en que cada cual podía contar cualquier cosa y soltar lastre. Sentir que estar con ciertas personas es llegar a casa. Que aunque hayan pasado los años hay un cariño indeleble.
  6. Los paseos por el centro. Poder bajar a la calle y pasear, sola o acompañada, buscando las calles menos bulliciosas para llegar al Retiro y seguir caminando para buscar los árboles más viejos o los más bonitos. O caminar por las calles con trazados absurdos de laberinto para postergar la llegada a sitio, alargando la charla.
  7. Las amigas. Cenas de chicas con Misia, Adalias y Beli, que son burbujas de oxígeno bajo la boina de contaminación de Madrid. A ellas las unió la danza oriental y disciplinas relacionadas; yo me colé como espectadora y desde entonces me dejan estar.  Y las chicas del fútbol. Sí, tenemos un club de fútbol que hace más cenas que partidos –una servidora tiene las rodillas cascadas y la última vez se quedó haciendo la postura de la garza de Karate Kid pero en monguer, por no apoyar la pierna…-. Pero éso no impide que sigamos siendo un equipo con el que contar para fiestas, confidencias y consultas colectivas en una suerte de Sex in the city madrileño.
  8. Las predicciones halagüeñas. Que me ha dicho LA vidente que ya voy a tener curro, que ya tengo compañero, que en un par de años se arregla lo de cerdocabrón y que bueno, que en general ya me puedo relajar: que las cosas se van a ir colocando poco a poco. Igual no acierta, pero… no importa. Porque voy a ser más feliz dejando de preocuparme por lo que está fuera de mi control. En éso estoy avanzando este año.
  9. Más amigos. Estoy un poco monotemática, ¿no? Pues queda otro, de amigos que no son de ningún grupo mencionado. Y de los que están en uno o varios grupos de los anteriores y merecen mención especial. Gente que ha conseguido que Madrid, que un tiempo pensé que era inhóspito, hoy sea mi sitio. Gente a la que puedo decir “Tengo pollo asado, ¿te vienes a comer?” y se vienen. Gente que me dice “estoy por tu barrio en un recado, ¿estás en casa? Subo”. Gente que sé que me acogería en su casa si lo necesitase. Gente que no sería la primera vez que me acogiese.
  10. Las vacaciones en Denia. Una semana de tranquilidad, de largas caminatas por  la playa, de retiro sin cobertura. La facilidad de pasar aquellos días en su compañía. Lo único estresante fue subir a la Torre del Gerro para ver la puesta de sol, perdernos y subir monte a través, pensando que no llegaríamos a tiempo. Aunque tampoco hubiera pasado nada, pensamos volver…


  1. Los niños. Sobrinos carnales y cendajos, como las niñas de la Perli. Pequeños con un índice de estrujabilidad disparado, cacheables, maleables y mordisqueables. Ojazos límpidos de los que cuesta separarse aunque sólo les hayas visto unos días, porque son seres que dan luz (además de ponerte la casa como unos zorros).
  2. Ver crecer a la gente a la que quiero. Aunque ya seamos adultos. Ver cómo se hacen más fuertes, más grandes, más sabios. Y empezar a ver aquellas cosas que no creías que pasarían nunca. Como que mi hermano me presente a su churri. SU CHURRI. La primera que le conozco como tal en 36 años. Le incrusté un dedo a la pobre muchacha, por si era un holograma.
  3. La reconquista de mi territorio. El último año y medio he vivido sola, sin compañeros de piso, y he disfrutado de mi espacio. Aunque he dejado que lo ocupen a menudo personas queridas,  mis cincuenta y cinco metros cuadrados alquilados posiblemente sean lo más yo que he tenido nunca. Tanto que a veces dudo que quepa alguien más aquí.
  4. La posibilidad de que Thor invada mis cincuenta y cinco metros cuadrados, incertidumbre y escalofrío incluidos. Porque es bonito que quiera venir, y también es bueno que yo tenga mis reservas (para variar!). Así que, si sucede, debería salir bien ¡qué cojones! O no. Pero qué más da.

Puedo prometer, y prometo que el año que viene voy a ser más feliz que éste. He pensado encargarme personalmente de ello.  Y lo mismo os deseo a todos.

6 comentarios:

Speedygirl dijo...

Si te encargas tú personalmente de que haya más felicidad en 2015 ya está todo arreglado, la habrá, seguro!

¡¡FELIZ AÑO!!

Gordipé dijo...

Es estupendo tenerte por aquí, tener tus recomendaciones y tus buenos deseos, tu optimismo y lo bien que dices las cosas.

Te mando un achuchón fuerte y besos a cascoporro.

Gato dijo...

Feliz año, bonitas!! Y mil gracias por invitarnos a tu sala de fiestas, Gordi, :))

Mil besos!!

Fle dijo...

Me encanta tu promesa, debería ser el mantra mundial para todos, asegurarnos por todos los medios que vamos a ser felices o a intentarlo a lo bestia. Y que ser felices empieza por tener el ánimo y las ganas y contagiar al resto. Y tú, oye, con todas las de la ley. :)

Da gustico que haya gente como tú por el mundo, que escriba listas tan chulas como esta con un colofón como el que has puesto.

¡FELIZ AÑO! :)

Misia dijo...

Eres muy bonica, en todas las acepciones de la palabra.

Gato dijo...

Fle, no tenemos más remedio que hacerlo nosotros (ay madre, hablo como un viejo!! XD). Sin prisa pero sin pausa... Feliz año y disgruta de tus cambios!!

Misita, tú sí que eres bonica. Me alegro de que lo hayas captado, ;)