Dicen que segundas partes nunca fueron buenas. Vaya gelipollez: miren El Padrino II, la segunda temporada de Lost, o la segunda cara de René Zellweger.
Lo bueno de las segundas partes es que una tiene la experiencia de la primera vez pero no está resabiada como a la vez ochenta y siete, que parece que ya estás de vuelta de todo y conduces un descapotable negro con una mano en una lata de cerveza, unas Waifarer rojas y un pañuelo con carabelas anudado al cuello.
Ay, que me voy.
Lo bueno de las segundas partes es que ya sabes que, pase lo que pase, va a ser bonito. Porque que haya una, dos, tres, (o ¡incluso más de tres!) personas que quieran compartir sus buenos recuerdos del año con los demás, con la intención de pasar un buen rato... es bonito. Es muy bonito.
Vamos a publicar durante el mes de diciembre las cosas bonitas y/o divertidas y listas de buenos recuerdos de los tuiteros, blogueros y amigos que quieran unirse a esto del bonitismo, a esto tan tonto de querer acabar el año quedándonos con lo mejor.
Porque, oyes, para lo pejor ya tenemos el resto del año.
Amigos, comienzan las #14cosas.
Estáis invitados a participar.
Bienvenidos.
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